19
Ene
Creo que las revistas regionales han sobrevivido en gran medida gracias a sus interminables esquelas. Debe ser reconfortante para los ancianos locales ver que continúan viviendo incluso si muchos conocidos se han mudado a otro barrio. Y reconozco que en los medios, o como se llamen estos supuestos transmisores de la verdad y la realidad, el género de las esquelas es muy florido, sentido, sufrido. Todos los muertos son formidables cuando están en la palma de la mano, impermeables a la obra, accesibles al registro. Durante muchas épocas, las revistas me pidieron que escribiera artículos sinceros sobre las muertes más…





