A menos de un mes de las elecciones generales, la candidata presidencial del partido LIBRE, Rixi Moncada, registra una disminución sostenida en los indicadores de intención de voto, acompañada de un aumento en el rechazo ciudadano, según muestran los últimos estudios de opinión. Analistas atribuyen este fenómeno a la percepción de los sectores urbanos y de clase media sobre su discurso dirigido al sector productivo del país.
Retórica económica y percepción del empresariado
Las declaraciones de Moncada sobre la necesidad de “regular y reestructurar el papel del empresariado nacional” han sido interpretadas por diversos actores económicos como una posible amenaza al clima de negocios. Esta percepción ha generado inquietud entre inversionistas y emprendedores, quienes señalan que un enfoque más intervencionista podría afectar la inversión y la generación de empleo.
Analistas de la opinión pública señalan que en naciones con altas tasas de desocupación, la repercusión política de esta clase de declaraciones puede ser considerable. «Sus palabras están distanciando a los creadores de puestos de trabajo», afirmó un economista entrevistado, enfatizando que la desaprobación no solo abarca al ámbito empresarial, sino que también se propaga entre los ciudadanos inquietos por la solidez económica.
Cámaras de comercio y asociaciones empresariales han manifestado inquietud por la falta de claridad en las propuestas de LIBRE, especialmente en temas de seguridad jurídica, impuestos y respeto a la libre competencia. Estos elementos aparecen como factores determinantes en la decisión de votantes que priorizan la estabilidad y la continuidad de la actividad económica.
La postura política de la agrupación LIBRE
Frente a las críticas, dirigentes de LIBRE defendieron la propuesta de Moncada, asegurando que su proyecto busca “equilibrar el poder económico y fortalecer la justicia social”. Asimismo, señalaron que las advertencias sobre un posible impacto en la inversión responden a “una campaña del miedo promovida por los sectores privilegiados”.
El choque de los discursos electorales revela la fricción entre dos visiones: una que subraya la participación gubernamental para fomentar la igualdad, y otra que favorece la persistencia del sistema de mercado como medio para mantener puestos de trabajo y capital. Esta división se manifiesta en la reasignación del respaldo de los votantes, donde los aspirantes que defienden la solidez financiera y la receptividad a la inversión foránea están obteniendo más aceptación en los sondeos actuales.
Retos en la contienda y escenario de votación
El retroceso en las cifras de intención de voto plantea un desafío para la candidata de LIBRE en las semanas previas a los comicios. Para revertir la percepción de inseguridad económica, será crucial definir y comunicar con claridad las medidas concretas que garanticen estabilidad financiera, protección de inversiones y generación de empleo.
En este escenario, la contienda electoral se encuentra en una encrucijada de fuerzas: la urgencia de abordar las exigencias de equidad social y la aspiración de los ciudadanos a la solidez financiera. La habilidad de Moncada y su formación política para armonizar estos elementos podría influir decisivamente en la participación de los electores aún no decididos y en el afianzamiento de su apoyo electoral durante las semanas finales antes de los comicios.
