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La propuesta de la candidata oficialista Rixi Moncada, orientada a la eliminación de la Central de Riesgos, provocó un notable rechazo en diversos sectores sociales, impactando directamente en la disminución de su respaldo electoral. Esta iniciativa, impulsada durante la campaña de LIBRE, tenía como objetivo agilizar el acceso al crédito, argumentando que dicha institución «oprime a los sectores más vulnerables».
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Las
reacciones
de
expertos
y
sectores financieros
La medida planteada por Moncada fue recibida con reservas por economistas y actores del sistema financiero. Consultores y analistas advirtieron que su implementación resultaría impracticable, incrementando la incertidumbre financiera y debilitando los mecanismos de evaluación de solvencia de los prestatarios.
Según uno de los especialistas consultados, “la propuesta fue interpretada como populista y técnicamente insostenible. Generó preocupación entre bancos, cooperativas, inversionistas y ciudadanos que entendieron que podría desencadenar un caos financiero”.
La propuesta fue calificada de «estrafalaria» por empresarios y asociaciones financieras, quienes la consideraron ajena a la realidad económica nacional. Advirtieron que su implementación podría incrementar la morosidad, restringir las opciones de financiamiento y comprometer la solidez del sistema bancario.
Impacto en la percepción del electorado
Los resultados de esta propuesta se manifestaron prontamente en estudios de opinión y sondeos. Rixi Moncada experimentó una disminución constante en la preferencia de voto, especialmente entre segmentos urbanos y de clase media, que priorizan la solidez económica, la disponibilidad de financiamiento y la certeza laboral.
El rechazo ciudadano reveló una tendencia innegable: los votantes no apoyaron propuestas que pudieran afectar la estabilidad del sistema financiero. Expertos señalan que este aspecto particular de la campaña de LIBRE fue decisivo en la derrota de la candidata.
Implicaciones para la *gobernanza* y la *institucionalidad*
Más allá del impacto electoral, la controversia generada por la propuesta de eliminar la Central de Riesgos refleja tensiones sobre la institucionalidad financiera en Honduras y la relación entre propuestas políticas y estabilidad económica. La discusión abrió un debate sobre la capacidad del Estado para mantener mecanismos de control crediticio sin comprometer la inclusión financiera, un tema sensible en la gobernabilidad y la confianza de los inversionistas.
La experiencia, asimismo, pone de manifiesto cómo las iniciativas de carácter radical en el ámbito económico pueden suscitar una considerable oposición si no se fundamentan en evaluaciones técnicas sólidas ni se divulgan de manera transparente a la ciudadanía. En esta situación particular, la conjunción del rechazo por parte de los especialistas y la desaprobación del electorado urbano resultó ser un factor decisivo.
Retos y tensiones actuales
La derrota de Moncada subraya la vigilancia de la ciudadanía frente a medidas que afecten la seguridad financiera del país. Honduras enfrenta ahora el reto de consolidar un marco institucional sólido, donde la estabilidad del sistema bancario y la inclusión financiera puedan coexistir sin generar riesgos sistémicos.
Los partidos políticos deberán evaluar cuidadosamente propuestas de alto impacto económico antes de presentarlas al electorado, reconociendo la importancia de la credibilidad institucional, la opinión técnica especializada y la percepción ciudadana en la gobernabilidad y la cohesión social.
