No El área de interésni el capítulo cuarto de Mi riñón rellenoNi Joe Biden dimitió durante el debate con Trump: los minutos más agonizantes los pasó delante de una pantalla donde, en los últimos años, estaba Celine Dion. No es porque desconozca los horrores del Holocausto y tenga que tomar un rumbo como John Galliano, ni de los abusos sexuales, ni del peligro que acecha una vez más a la primera potencia mundial; es que las imágenes que transmiten dolor físico dejan algo primario, instintivo, visceral.
Soy celine dion (Amazon Prime) es el título del documental dirigido por Irene Taylor en el que la cantante quebequense cuenta de primera mano cómo Lidia sufre el síndrome de insomnio, una enfermedad neurológica que la ha excluido de la música. Vemos a Céline destrozada, llorando, intentando superar la realidad que le impide desarrollar su vocación –que es importante poner la felicidad en diferentes cestas– y cuando creemos haberlo visto todo, incluido el gigantesco casco donde guarda una enorme colección de ropa, zapatos y muebles, y recuerda a Deborah Vance en TrucosEstamos asistiendo a una tremenda crisis física de las estrellas. El cuerpo de Céline se descompone y no puede hablar ni moverse más que hacia la izquierda, pero a través de los puños abiertos comunica cierta normalidad a quienes lo esperan, a través de la medicina. Seis minutos de terror.
Los documentales sobre cantantes en primera persona son un género en sí mismos. Se volvieron involuntariamente paródicos, como cinco pies y dosde Lady Gaga, donde Nueva Jersey es la novia con vestido de novia, el niño con vestido de novia y la Muerte con vestido de novia. Soy celine dion tiene lo mejor de todo, desnudo y peor. Es devastador cuando su enfermedad se manifiesta, hasta el punto de que sólo unos pocos millonarios podrían llegar a serlo. Convencido de que dos realidades que aún se recuerdan han sido nominadas al Oscar por su director por un cortometraje documental, la ultima pulgadasobre el intento de erradicar la polio en la India. Enfermedades de los pobres y enfermedades que sólo pueden dañar a los ricos. Céline Dion tenía… ¿se decía? – una facultad sobrenatural, una enfermedad rara (sólo ella tenía una entre un millón) y una vida ostentosa. Qué vida no quiere decir que ninguno de los tres quiera.
Puedes seguir EL PAÍS Televisión en X o haga clic aquí para recibir nuestro boletín semanal.
Regístrate para continuar leyendo
Leer sin límites
_