Hombre sale en libertad tras 30 años en prisión por error judicial

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Gordon Cordeiro, un individuo que pasó treinta años en prisión por un homicidio que siempre afirmó no haber perpetrado, finalmente fue liberado gracias a exámenes de ADN que confirmaron su inocencia. El pasado viernes, Cordeiro fue liberado del Centro Correccional Comunitario de Maui, situado en Hawái, luego de que un juez revocara su sentencia por asesinato y robo, mencionando que las recientes pruebas habrían alterado el veredicto de su juicio inicial.

Cordeiro, ahora con 51 años, fue sentenciado en 1994 por el homicidio de Timothy Blaisdell, quien falleció durante un robo vinculado a drogas en Maui. No obstante, las recientes pruebas de ADN, obtenidas por el Proyecto Inocencia de Hawái, demostraron que Cordeiro no se encontraba en el lugar del crimen. Estos nuevos datos, junto con otros factores que pusieron en duda la credibilidad de los testimonios presentados en su contra, fueron cruciales para que el caso fuera reexaminado.

Al salir de la prisión, Cordeiro fue acogido con abrazos, aplausos y collares de flores hawaianas por familiares, amigos y su equipo de abogados. «Estoy inmensamente agradecido con todas estas personas. Sin su apoyo, no habría logrado recuperar mi libertad», dijo con emoción.

Una sentencia sustentada en testimonios dudosos

El caso de Cordeiro estuvo plagado de irregularidades desde el principio. En su segundo juicio—ya que el primero concluyó con un jurado indeciso—, los fiscales se apoyaron en declaraciones de informantes de prisión que buscaban disminuir sus propias penas. De acuerdo con el Proyecto Inocencia, estos testimonios eran falsos y condicionados, lo cual influyó en la condena de Cordeiro. Además, se señaló a los fiscales por conducta inapropiada durante el proceso.

Las pruebas de ADN, vistas como cruciales, mostraron que el material genético hallado en el cuerpo de Blaisdell y en otros artículos de la escena del crimen no era de Cordeiro. Los análisis también indicaron que otra u otras personas habían revisado los bolsillos de la víctima tras su fallecimiento. Estas nuevas evidencias cuestionaron la versión sostenida por la fiscalía hace más de 30 años.

La batalla por la justicia

El viernes reciente, la jueza Kirstin Hamman, del Tribunal de Circuito de Maui, revocó las condenas de Cordeiro por homicidio y robo, junto con su sentencia de cadena perpetua sin opción a libertad condicional. Durante la audiencia, Cordeiro se mostró claramente emocionado, enjugándose las lágrimas mientras escuchaba la decisión.

Dennis Cordeiro, su padre, también manifestó su alegría y alivio por la liberación de su hijo. «Por fin podrá compartir momentos familiares antes de que yo parta de este mundo», comentó emocionado.

Aunque su condena fue anulada, los fiscales de Maui todavía podrían volver a presentar cargos en su contra. Sin embargo, Gina Gormley, la abogada de Cordeiro, insistió en que las pruebas disponibles deberían bastar para convencer a la fiscalía de no emprender un nuevo juicio. «Si analizan cuidadosamente las evidencias, no deberían reabrir este caso», indicó.

Más allá de un caso personal

El Proyecto Inocencia de Hawái resaltó este caso como un ejemplo de los errores en el sistema de justicia penal, especialmente en lo relativo al empleo de declaraciones incentivadas y la falta de acceso a evidencias científicas en su debido momento. Kenneth Lawson, codirector del proyecto, comentó: “Al conocer los detalles de este caso, entiendes profundamente que se cometió una injusticia fundamental”.

La organización también indicó que Cordeiro contaba con una coartada cuando ocurrió el crimen: se encontraba construyendo una estantería en el garaje de la casa de sus padres, actividad confirmada por testigos y recibos de compras realizadas. No obstante, estas evidencias no bastaron para impedir su condena en 1994.

La organización también reveló que Cordeiro tenía una coartada en el momento del crimen: estaba construyendo una estantería en el garaje de la casa de sus padres, actividad que fue corroborada por testigos y recibos de las compras realizadas. Sin embargo, estas pruebas no fueron suficientes para evitar su condena en 1994.

El caso de Gordon Cordeiro pone de manifiesto la importancia de las pruebas científicas modernas en la revisión de condenas y la necesidad de garantizar justicia para quienes han sido encarcelados injustamente. Ahora, Cordeiro podrá comenzar una nueva etapa en su vida, libre de las cadenas de un crimen que no cometió.