Andaestos días Arguiñano en boca de todos, y no porque se haya revelado el truco para que no cortejes la pastilla, sino porque hace que un programa contenga un chiste de pollo. Más que un chiste, un chascarrillo: aseguró que la gallina se llama para estar encima de los huevos. Alguien sacó la violeta, se la sacó del pelo y corrió hacia el teléfono para compartir su paso con toda la galaxia. Enseguida se envió el mensaje: oye, Arguiñano consiguió el alicate, averigua qué dice. Este es el motivo por el que Antena 3 lo había censurado (una curiosa forma de censura, que permite ver cualquier contenido censurado).
Es hora de que los alegres de los rojos sociales puedan cantarle a una cocinera septuagenaria que cría contando chistes verdes mientras corta cebolla en Juliana desde 1989. Mucho antes de que naciera el alcalde de los tuiteros que no pudo descubrir que aquí se juega, Arguiñano cantó El Cono de Loles (niño y juguete, seguro) y le enseñó al calamar con analogías genitales, porque lo que te hacía llorar. ¿Demasiado ruidoso para las sensibilidades actuales? Así que no creo que el humor de Broncano sea más cómico que el de David de Jorge. En 2024, la mayoría de las estrellas del entretenimiento se deberán en gran medida al chef patriarca en el registro de caca, culo, pedo y polla. Si a alguien le sorprende que Arguiñano hable de gallinas es porque no sabe quién es Arguiñano. ¿Qué hay tanto por no saber?
En los tiempos de Barrio SésamoJim Henson y su equipo estaban jugando rápido y suelto con los títeres, poniendo a Gustavo la rana y a Piggy a decidir si salvarse o no. Si un cineasta hubiera tocado un dedo y retransmitido una de esas sesiones, habría entendido el escándalo. Sería como si un niño descubriera a sus padres cuando lo llevan al salón. Toda una generación necesitará terapia para superar la imagen de Gustavo jugando con Piggy. Pero Arguiñano nunca lo usó. confidencialmente. Siempre miraba a la cámara. ¿Existe grave riesgo de cancelación de un señor que estuvo casi 40 años escribiendo un diario para televisión? Si la carrera de Arguiñano no tiene la capacidad de decidir qué le da la gona, ¿quién diablos está salvo de las redes del visillo?
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